Al Ministro Wert le molestan los docentes

Desde este colectivo hemos reflexionado en numerosas ocasiones sobre el ataque que está sufriendo la Educación Pública y en especial sus docentes. Los profesores/as son el último baluarte que el gobierno quiere derribar para controlar la educación. No en vano, los regímenes totalitarios de todo signo han optado por instruir a los estudiantes en sus principios ideológicos para evitar cualquier disidencia. Actualmente en España estamos constatando ese mismo comportamiento en el gobierno del PP, decidido a controlar nuestras conductas adoctrinando en el espíritu neoliberal más rancio.

 El gran escollo para los fines del gobierno son los docentes de la pública, funcionarios/as,tanto de carrera como interinos/as, que son elegidos en un concurso oposición y que, por tanto, gozan de la libertad de no depender de ser elegidos a dedo para volver a ser contratados/as. El gobierno sabe que, si el profesorado es libre e independiente, la educación que se impartirá será también libre e independiente, y eso no está dispuesto a permitirlo porque tan solo busca disponer de trabajadores/as aborregados, fieles a sus consignas. Una de las profesiones que con más razón hay que proteger del dedazo de los políticos, del quítate tú para ponerme yo, es sin duda la de los docentes, pues para contar con una sociedad plural, tolerante e inclusiva, así deben serlo también su escuela y sus profesionales. Nos preocupa pensar que en España pudiéramos llegar a tener escuelas en las que, por ejemplo, solo se explicara una versión del feudalismo,  la versión de los señores feudales, olvidando la miseria de miles de siervos sometidos. 

 Es por ese deseo de controlar a los trabajadores de la pública, que el partido en el gobierno está llevando a cabo una campaña mediática contra estos profesionales, con la ayuda de muchos medios de “comunicación”. Por eso se ha dado pábulo a ideas falsas como la de que los docentes trabajan poco y que los interinos/as de la pública no están bien formados. Ya en nuestro análisis sobre la LOMCE poníamos el acento en este asunto. El profesorado comienza a ser tratado como mera mercancía sobre la que se ejercerá represión si no sigue las pautas marcadas, debido a que muchos docentes serán colocados a dedo, rompiéndose el principio de igualdad.

 El Ministerio da un nuevo giro de tuerca  e incluye en el Senado una nueva enmienda a la LOMCE, para que sean los docentes de la privada los que evalúen las pruebas externas que el Ministerio pretende implantar. Es un ninguneo a los profesionales de la pública, elegidos tras duras pruebas y no al arbitrio de un director/a. Un nuevo desprecio a unos trabajadores que le resultan molestos. Como dijo un funcionario del Banco de España en un programa de televisión: “los políticos no se fían de los funcionarios porque cuando ellos se van nosotros seguimos ahí”.

 Ningún informe, ningún documento o investigación seria permiten concluir que los docentes de la pública sean peores que los de la privada. Para convencer de ello a la ciudadanía, el gobierno no tiene más remedio que recurrir a artimañas comunicativas como esta.Al externalizar la evaluación de las pruebas externas (si es que se puede más rizar el rizo), se pretende ahondar en la caricatura de la cual son víctimas los docentes de la pública: que si son unos vagos, que si en vez de preocuparse por los alumnos solo se dedican a hacer huelgas y manifestaciones, que si no estudian lo suficiente, etc.

 Solo mediante estas tretas el gobierno logra difundir una falsa imagen de la profesionalidad de los docentes de la enseñanza pública, profesionalidad que, sin embargo, está sobradamente acreditada. Si tan malos son los docentes de la pública, ¿por qué todos los cursos se diploman miles de estudiantes de la enseñanza pública en las universidades? ¿Por qué aprueban selectividad y con tan buenas notas?

 Difama que algo queda, ese parece el lema del PP. El nuestro, en cambio, es el de informar, informar e informar, para que la ciudadanía conozca otra realidad distinta de la que quieren contarnos los políticos y ciertos medios que solo sirven a sus intereses y a los del propio sistema.