Dicen que el autor de “Les stratégies et les techniques des Maitres du Monde pour la manipulation de l’opinion publique et de la société”, o “Strategies of manipulation by the media”, o “Estrategias de manipulación”, es Noam Chomsky, profesor del Massachusetts Institute of Technology (MIT), considerado como “el más importante de los pensadores contemporáneos en vida” (“The Chomsky Problem; Chomsky”, The New York Times). Otros dicen que el autor es Sylvain Timsit.
Sin restar importancia, para en algún otro momento dilucidar quién o quiénes son los autores de los diez enunciados marco describen “las estrategias y las técnicas para la manipulación de la opinión pública y la sociedad”, la realidad es que al leerlos, éstos son válidos, y reflejan hechos sucedidos en Costa Rica, especialmente en educación.
Los diez enunciados en castellano se transcriben del artículo “Cómo nos manipulan para desmantelar la educación pública” (5/8/12), por “Soy Pública”, “un colectivo que comienza a organizarse en 2010 en respuesta a las agresiones contra la educación pública en la Comunidad de Madrid”.
El artículo de “Soy Pública” ejemplifica cada enunciado con hechos acaecidos en España en torno al deterioro de la educación pública en aquel país.
De España se importa a Costa Rica mucho de lo que no funcionó allá. Uno de la miríada de ejemplos es la copia sin sustento de la “definición de las competencias lingüísticas en el idioma inglés… según el [carente de base teórica] Marco Común Europeo de Referencia”… y de acuerdo con lo establecido por “el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España” en 2002. (Plan [no] Nacional de Inglés). Ejemplos adicionales serán observados más adelante.
Por lo tanto, “Soy Pública”, al igual que otras organizaciones serias en España, facilita comprender que lo que se presenta como “innovador” en educación en Costa Rica, en realidad, es añejo y además no funcionó desde hace bastante tiempo allá. Adicionalmente, permite vislumbrar hacia dónde “dirigen” la educación pública de este país.
Y, aunque (1) a algunos “fanáticos” dirigentes y militantes de los partidos políticos no les agrade, (2) a quienes los aúpan, (3) a quienes necesitan “etiquetar” como de “derecha” o de “izquierda”, o algún color político, cada uno en su respectivo e inventado “espectro” o “pantone”, indicando sin el menor sustento una “sui géneris” epistemología sobre el concepto de “calidad en educación” y de los mal llamados “debates” en que ya participaron algunos de los candidatos presidenciales, y, (4) para aquellos que consideran que la “educación comparada” es solo la que les conviene y no la que denuncia de manera fundada las experiencias internacionales fracasadas, el ejercicio de ubicar lo que han hecho, hacen y buscan continuar haciendo con la educación costarricense dentro de algunos de esos enunciados, es lo que aquí se presenta.
La actual campaña política no es sólo una campaña a la presidencia. Esta es una campaña para continuar en serio lo gestado desde hace más de tres décadas, cuando provocaron la decadencia de la educación costarricense. Esta es una campaña que va mucho más allá de lo que pasará en las urnas en febrero de 2014.
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